Gurú
Antes
que nada quiero aclarar que lo que aquí escribo nace de mi vivencia y
conclusiones personales. Es algo obvio que lo que alguien escribe no es un
absoluto, pero no es tan obvio para personas que se manejan con la idea de que
existe una verdad absoluta y que alguien puede señalarla. Para estas personas
si alguien ha señalado una verdad absoluta todo lo que se pueda decir después
ya no vale o entra en conflicto, por lo tanto demuestran que no tienen la
verdad absoluta.

Sea
como sea debemos pensar en porqué buscamos fuera algo que ya somos. Tanto fuera
o dentro hay una búsqueda y por lo tanto una división de la mente entre lo que
busca y lo que es buscado. No se puede buscar lo que no se ha tenido, se busca
lo que ya está en nosotros, pero al proyectarlo fuera nos dividimos y entramos
en la mecánica del tiempo psicológico.
Pero
está la idea de que existe el iluminado, alguien que ya posee eso que buscamos.
Otra vez la división: “él lo tiene y yo no lo tengo”, nuevamente estamos
separados entres yo y tú.
Se le preguntó a un Maestro:
-¿Cual
es el camino?
-¡Qué
magnífica montaña!-dijo, refiriéndose a la montaña donde tenía su retiro.
-No os
pregunto acerca de la montaña, sino acerca del camino.
-Mientras no puedas ir más allá de la montaña,
no podrás encontrar el camino-replicó el Maestro.
Otro
monje hizo la misma pregunta a ese mismo Maestro:
-¡Allá
está, justo delante de tus ojos,-respondió el Maestro.
-¿Por
qué no puedo verlo?
-¡Porque tienes ideas egoístas!
-¿Podré verlo, Señor?
-Mientras tengas una visión dualista y digas:
Yo no puedo, y así por el estilo, tus ojos estarán obscurecidos por esa visión
relativa.
-Cuando no hay ni yo, ni tú, ¿se le puede ver?
-Cuando no hay yo ni tú, ¿quién quiere ver?
Dice Buda: “No hay iluminado,
sino actividad iluminada”
No
hay “alguien” en esa iluminación, no hay un “alguien” en la meditación, no hay
un “alguien” en la paz y la calma, no hay un “alguien” en el éxtasis, no hay un
“alguien” en la magia.
¿Si
no hay todo eso porqué hay un iluminado? Porque nosotros lo vemos así. Y
entonces surge la pregunta ¿quién dentro nuestro ve así al iluminado? No la voy
a responder, se las deja para cada uno. La iluminación de Buda nunca ocurrió y
siempre está ocurriendo, no hay principio ni fin. La idea no es hablar de la
iluminación, sería incoherente hablar de lo que no se puede hablar, pero sí
vamos a hablar de quienes se las mandan de iluminados. Pero también tenemos que
hablar de nosotros que se supone somos los buscadores del conocimiento. ¿Por
qué buscamos conocimiento? Porque creemos que eso nos va a dar algo. Si
pensamos así estamos viendo las cosas como un proceso adquisitivo, obtenemos
algo para usarlo en otra cosa. En este último razonamiento hay control y en el
control hay poder. Podemos decir que buscamos poder.
Además
tenemos el problema que estamos apegados al entender, necesitamos entender y
creemos que la iluminación se trata de eso, algo que entenderemos y
desglosaremos con la mente, eso también es control. Si entiendo entonces estoy
controlando, procesando. Dice el Katha Upanishad:
Lo concibe, quien no
lo concibe;
Quien lo concibe, no
lo concibe.
No lo entienden
quienes lo entienden;
Lo entienden quienes
no lo entienden.
De
manera que hay dos personajes en este análisis: el buscador y el iluminado.
Dice el Tantra de siempre: “Shiva es el gurú, Shiva es el discípulo”. De manera
que no habría en realidad dos personas en esta relación, sino una.
Comencemos
entonces con las ideas que manejamos acerca de la relación con el gurú:
Hay un gurú iluminado
Esto
nos deja con que esa persona tiene algo que nosotros no tenemos. Él está
iluminado y yo no, de esta manera me divido en dos, esto me resulta ideal para
proyectar en esa persona todas mis aspiraciones de una imagen idealizada del
iluminado, una imagen construida por la cultura también. En esa imagen
proyectada van todas mis aspiraciones, esperanzas y carencias, las cuales
espero que este iluminado tome y me devuelva lo que necesito. Además de que
esto es un gran egoísmo se presta para muchas cosas que ahora vamos a ver. El Gurú, ya sea falso o verdadero, sabe esto y
lo manejará según sea; el falso para aprovecharse del discípulo y el verdadero
para hacerlo crecer.
Sin
embargo hay una diferencia, siempre en mi forma de ver el asunto producto de mi
vivencia y conocimiento de la vida, entre el gurú falso y el verdadero respecto
a la iluminación. El gurú falso intentará marcar la diferencia entre él y tú,
necesita marcar la diferencia, necesita que tú te sientas inferior a él,
necesita la separatividad y eso es inseguridad. El gurú verdadero no necesita
nada de eso.
Por
lo tanto muchos me dirán “pero tanto Buda como Jesús y otros maestros se
presentaron como iluminados”, sí, es cierto, pero no usaron eso para marcar la
diferencia y hacer sentir a los
discípulos como seres inferiores, todo lo contrario, se pusieron en el mismo nivel
que los estudiantes.
Hay
otro problema acá, porque está el “chanta” conciente y está el que se cree
iluminado sinceramente pero no lo es, sería un “chanta” inconsciente. El que es
concientemente falso ni da para comentarlo porque el buscador verdadero lo
descubre fácilmente, pero el que es inconsciente puede llevar a conectarnos con
la luz aunque él no sea lo que dice ser. El
problema es el discípulo que establece una relación de dependencia, una
relación infantil con alguien que es también infantil. Como conclusión diremos
que hay mucha gente ávida de presentarse como gurú, como maestro iluminado,
porque hay mucha más gente ávida de sentirse discípulo de un sujeto así.
Un maestro te acepta
tal como eres
Esto
es así de simple, un maestro no te juzga ni te condena. No está mirando tus
defectos a cada rato y diciendo lo horrible que hueles. Para el gurú verdadero
eres un carbón que puede convertirse en diamante. Para el gurú falso eres la
posibilidad para la expansión de su importancia personal, eres parte de su
carencia.
El gurú verdadero no
hace de la iluminación un negocio
No
estoy hablando de un negocio económico necesariamente, sino del negocio
psicológico. En este caso la iluminación tiene que ser bien difícil pero casi
accesible porque el gurú falso necesita mantenerte cerca de él para seguir
alimentándose de ti. Él se presenta como ejemplo de la iluminación pero te la
hace bien difícil, entonces crees que es posible porque lo ves a él, pero te la
complica para que veas lo difícil que es. Fortalece tu ego estimulando muchos
puntos clave: el dolor que sientes pero que puede ser eliminado; el hecho de que puedes controlar tu camino
porque si trabajas entonces lograrás llegar y esto último es alimentar el ego
porque no hay un llegar, pero mientras lo creas te quedarás con el gurú falso.
En
cambio el gurú verdadero te dirá que ya eres D´s y que solo tienes que darte
cuenta. No te la hará fácil porque te dejará vivir lo que necesites para crecer
y no te pondrá normas lo cual es un camino más terrible.
Con
el gurú falso tendrás normas para vivir, conductas que tienes que hacer y que
no tienes que hacer. Con el gurú verdadero te quedarás muy solo, completamente
solo porque no habrá normas, no habrá reglas, todo surgirá de tu conciencia y
eso vendrá de tu voz interior, de tu luz interna. Es por esto que el gurú falso gana tantos adeptos, te brinda una
contención emocional. No es que el gurú verdadero no te contenga, porque sí lo
hace, pero es diferente porque lo que quiere es que vueles con tus propias
alas.
Un gurú verdadero no
recluta gente
No tiene interés
en “tener gente”, por eso los grandes maestros en general no tuvieron tantos
discípulos. El gurú es una fuente que se
derrama, una flor que se abre, es el sol que extiende los brazos y da. El gurú
falso está buscando captar gente, por eso está todo el tiempo con el negocio de
que “tengo algo para ti que puede solucionar tu problema”, crea problemas
falsos y presenta soluciones falsas.
Un gurú verdadero no
se llena de títulos grandilocuentes
Esas
presentaciones de maestros que son representantes de la venerable logia blanca;
de la liga interplanetaria, ministro especial de tal y cual logia, avataras,
arcángeles, apóstoles de Cristo, bodhisattvas antiguos, maestros persas y todo
eso no deja de ser un gran circo. Una persona que no puede ser un ser humano
sencillo y que necesita toda esa parafernalia de presentación es sospecha, por
lo menos.
Reza un
aforismo Zen lo siguiente: “Antes de la Iluminación cortar leña y acarrear
agua.. Después de la iluminación, cortar leña y acarrear agua.”
Un gurú verdadero no está centrado en sí mismo
Parece
que para mucha gente esto no es obvio y se dejan engañar por personajes que se
presentan como la conciencia más alta del planeta, la reencarnación de algún
apóstol o del mismo Jesús porque se le parecen las cejas y la nariz. La
enseñanza del gurú falso se basa en él mismo, en su permanente
auto-engrandecimiento el cual necesita de discípulos contentos que le apoyen,
es una relación de esclavitud que mucha gente necesita por un tema emocional,
ambos son esclavos, el gurú falso y los discípulos.
Para
un maestro verdadero lo central es la enseñanza y el amor a D´s y a todas las
cosas. Es la comunión de todos los seres y el servicio principalmente, la ayuda
que entre todos como comunidad podemos brindar a quien la necesita. Miren si el
gurú verdadero va a estar haciendo sesiones para aumentar su importancia personal como hacen la mayoría de
los farsantes que conocemos y que pueblan la red.
Un gurú verdadero no fomenta su adoración
El gurú falso sí,
la gente llena de fotos sus dormitorios y sus altares con la imagen de esta
persona. Mientras el gurú verdadero te indica que mires dentro, porque allí
está D´s. El maestro es solo una ayuda para que encuentres a tu propio maestro.
Un gurú verdadero está interesado en ti
Un gurú falso no,
tú eres un eslabón en su cadena emocional de expansión ególatra. No hay
verdadera empatía y conexión con el corazón, algunos ni resisten que los mires
fijo a los ojos. Mientras que si miras al gurú verdadero te pierdes en sus ojos
y no hay temor de él ni de ti mismo.
Un gurú verdadero es….verdadero
Así
de simple, tiene sus cosas también, sus pequeños gustos, cosas humanas que le
agradan y que disfruta alegremente. Es espontáneo, libre de ser como es, no
sometido a los prejuicios, tiene sus proyectos, vive enamorado de la vida. Un
gurú falso es un payaso, está actuando todo el tiempo el personaje de gurú,
está pensando que es un gurú. Un gurú verdadero no es un gurú más que para los
que lo ven así, él no se piensa en esa función, vive espontáneamente lo que la
vida le trae. Se relaciona con muchísima gente que ni sospecha de su
iluminación, vive en relación a la gente como su profesión le demande, su rol
de amigo, padre, hijo, etc.
Cuando
Buda alcanzó la Iluminación dijo: “En verdad no obtuve nada”.
Hay
un aforismo Zen muy famoso que dice: “Si encuentras a Buda, mátalo”. Es así que
si encuentras un maestro espiritual
mátalo, solo así tendrás una verdadera relación con él. Cuando dejes de verlo
de esa manera dividida estarás en comunión con él y con todos los seres. Cuando
veas que es D´s quien está viviendo en ambos dejarás de buscar y entonces verás
que siempre fue así porque nunca hubo un tiempo.
Daniel Curbelo
excelente! saludos!
ResponderEliminarGracias. Eres de Uruguay igual que yo.
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